Denuncian que titular de Lotería de Scioli tenía una mesa de dinero con un represor

El actual interventor de la Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires, Luis Alberto Peluso, es señalado en dos causas como integrante de una mesa de dinero en el casino flotante de Buenos Aires, antes conocido como Estrella de la Fortuna. Esa actividad, que consiste en prestar dinero en fichas a apostadores fuertes, está prohibida por una resolución de Lotería Nacional por considerar que fomenta la adicción al juego. Además, ambos denunciantes aseguran que la cabeza del negocio ilegal era el empresario vinculado a la ESMA Miguel Angel Egea, socio del represor Miguel Cavallo.




Escondido. Detrás del jockey, Peluso en la entrega del Premio Carlos Pellegrini, en el Hipódromo de San Isidro, el 15 de diciembre de 2007.

Luis Alberto “Chiche” Peluso, interventor de Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires, está denunciado de integrar una supuesta sociedad de hecho montada a fines de 1999 para prestar dinero a jugadores fuertes en el Casino de Buenos Aires, entonces conocido como “Estrella de la Fortuna”. Los préstamos a jugadores en fichas o dinero dentro de los casinos, modalidad conocida como “mesa de dinero”, habían sido prohibidos por Lotería Nacional en su resolución 138/94. Peluso fue denunciado ante la Justicia por Rubén José Curdi, quien asegura haber trabajado para él y sus socios, entre ellos el conocido prestamista de apostadores y empresario del juego Oscar Dato Robinson, quien también denunció al funcionario nombrado por Daniel Scioli por disolución de sociedad. Esa sociedad de hecho habría estado comandada por Miguel Angel Egea, un empresario vinculado a represores de la ESMA, como Miguel Angel Cavallo y Jorge Radice, y señalado en un juicio por delitos de lesa humanidad a cargo de Baltazar Garzón por su presunta participación en la apropiación de bienes de desaparecidos (ver página 4).

Peluso es conocido por su empresa de limpieza Linser S.A. Robinson le dijo a PERFIL que conoció al funcionario “hace más de 20 años en el Casino de Mar del Plata”. Este corpulento empresario de 60 años y de sonrisa fácil, asegura: “Yo le prestaba a Peluso para que apueste. El era un gran jugador. En una noche podía perder o ganar 500 mil dólares. Lo llevé a casinos de Las Vegas, Puerto Rico, entre otros”. Según un informe del diputado Walter Martello (Coalición Cívica) la relación del gobernador Scioli con Chiche Peluso se remonta a los inicios de la década de 1990, en el entorno del menemismo. La empresa de Peluso “Linser S.A. trabajó para ENTEL durante la intervención de María Julia Alsogaray y para el PAMI de Víctor Alderete”, según el informe.

Robinson dice que “el barco del Casino llegó en octubre de 1999. El 3 de noviembre se formó la sociedad de hecho y el 15 de diciembre logramos arreglar que el Casino nos dé el 12,5 por ciento de la pérdida individual de cada uno de nuestros jugadores a liquidar cada tres días. Ahí estaba el gran negocio” (ver páginas 3 y 4). El empresario cuenta que ingresó al “negocio” cuando visitó a Egea “para pedirle la exclusividad de los préstamos en el barco”. “Luego de unos días, recibo una llamada de Chiche Peluso. ‘A partir de ahora Egea soy yo. Arreglá todo conmigo’”, relata. “Cuando se acordó con el Casino que nos entreguen ese 12,5 por ciento, me desligaron de la sociedad”, añade.

Sin tapujos, Robinson dice: “El trato con Peluso, Egea y compañía era asociarnos para prestar dinero en el barco del casino y atraer nuevos clientes para llevarlos a jugar. Yo traía la experiencia y ponía dos empleados. Uno de ellos era Rubén Curdi. Ellos ponían el capital, aportado por otros dos socios, Mario Luis Fernández e Isaías Vodolarsky: 780 mil dólares”.

Según consta en el expediente número 35.921/2002 del Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo número 16, Rubén Curdi, el empleado denunciante, asegura que “el 3 de diciembre de 1999 ingresó a trabajar bajó órdenes de Peluso, Fernández, Robinson, Volodarsky y Egea en calidad de relacionista público y gerente de préstamos y finanzas”, que “su actividad consistía en relacionarse con los clientes asistentes al casino, especialmente con los apostadores fuertes a quienes ofrecía créditos inmediatos en fichas de juego adquiridas en las cajas del Casino con dinero suministrado por la sociedad empleadora”. Curdi dice que fue despedido cuando la sociedad se desvinculó de Robinson por la pelea del 12,5 por ciento, e inició un juicio laboral que perdió en 2007, ya que el juez estimó que la actividad llevada a cabo por Curdi dentro de la supuesta sociedad “debe ser tildada como contraria a la moral y a las buenas costumbres, pues estuvo organizada y puesta en práctica teniendo en miras la obtención de un rédito económico estrechamente relacionado con una grave adicción social”, en referencia a la adicción al juego. Curti fue más allá y aseguró que “Lotería Nacional estaba al tanto de su tarea en el casino”. “Incluso me pedían contactos con los apostadores más importantes para hacer relaciones públicas”, le dijo a PERFIL.

Peluso niega la mesa de dinero

En un escrito enviado al Juzgado de Primera Instancia del Trabajo número 16, Peluso afirmó que su única vinculación comercial con el Casino de Buenos Aires fue como accionista de Linser S.A., empresa de limpieza que prestó servicios en el buque. Peluso reconoce “que suele concurrir a distintos casinos en el mundo”. “Su desahogada posición económica le permite acceder a los mismos, con fines recreativos únicamente, y con el convencimiento de que –a la larga- las pérdidas superan las ganancias”, alegó su abogado. El titular de Lotería provincial adujo, además, que el objeto del juicio laboral iniciado en su contra por Curdi tuvo por objeto “intentar preconstruir algún elemento probatorio para ser utilizado en el litigio” que Dato Robinson le inició por disolución de sociedad (causa 1618/05).

Peluso y Luis Fernández negaron ante el Juzgado de Trabajo número 16 su participación en la sociedad de hecho reconocida por el denunciante Rubén Curdi y el acusado Oscar Dato Robinson. En tanto, Miguel Angel Egea e Isaías Volodarsky no se expidieron ante el juez. PERFIL intentó ayer comunicarse con Peluso y Scioli, pero sus asesores aseguraron que no podían “ubicarlos”.

Emilia Delfino/Rodrigo Alegre
DIARIO PERFIL 09/03/2008