El tragamonedas de Scioli

Luis Alberto "Chiche" Peluso

El gobernador bonaerense eligió para comandar el Instituto de Loterías y Casinos de la provincia de Buenos Aires –una caja de 1.500 millones de pesos anuales- al prestamista de estrecha vinculación con Alberto Kohan y con tres causas judiciales abiertas.


Tres de las denuncias contra Peluso fueron presentadas por la Oficina Anticorrupción, cuyo director de Investigaciones, Martín Montero, anticipó
a Crítica que de un momento a otro el flamante funcionario bonaerense deberá responder por ellas.

Scioli ubicó a Peluso en un área clave, donde le resultará fácil ganarse el título de recaudador. El nuevo interventor tendrá bajo su égida la Lotería, 11 casinos, 46 salas de bingo, miles de tragamonedas y todas las agencias oficiales de la provincia: una máquina de absorber billetes.

En 2007, el Instituto que desde diciembre controla Peluso embolsó alrededor de 1.500 millones de pesos que fueron destinados al Estado provincial y que, por ley, deben ser derivados a programas sociales y municipios. Como para que no queden dudas, en su sitio web el organismo informa que sus ventas proyectadas para este año lo ”posicionan por encima de las empresas argentinas de mayor facturación".

La relación del gobernador con "Chiche" Peluso se remonta a los inicios de los '90. Juntos compartieron vacaciones en Punta del Este, navegaron yates y conversaron sobre los casinos de Miami. Los memoriosos todavía hablan de las partidas de póker en las que se sumergían Carlos Menem, Gerardo Sofovich, Armando Gostanian y Peluso. Scioli, que participó en muchos de esos encuentros, nunca jugaba. Se aburría y repetía que prefería practicar el ajedrez, una pasión que sólo compartiría algunos años después con Eduardo Duhalde.

"Chiche es un ludópata. Es como poner a un borracho a manejar el Instituto de Vitivinicultura", dijo a Crítica un político que se mueve desde hace años en el mundo de los casinos. Pero la ruleta no es el único deporte que cultiva Peluso: también juega a ser empresario.

Hasta poco antes de asumir, Peluso era el presidente de Linser S.A., una empresa de servicios de limpieza que se convirtió en uno de los blancos predilectos de la Oficina Anticorrupción.

En marzo de 2007, el organismo que conduce Abel Fleitas Ortiz de Rozas denunció ante el juez federal Sergio Torres contrataciones presuntamente irregulares con esa empresa que autorizó la intervención del Hospital de Clínicas entre 2004 y 2006. Además, la OA advirtió que la contratista Linser es "la misma que está siendo investigada por la justicia federal en otras varias causas".

La firma de Peluso trabajó para ENTEL durante la intervención de María Julia Alsogaray y para el PAMI durante la gestión de Víctor Alderete. En ambos casos, las contrataciones fueron denunciadas como irregulares por la Oficina Anticorrupción.

Cuando termine la feria judicial, el juez Torres tiene previsto comenzar con los llamados a indagatoria, y Peluso figura bien arriba en la lista. El Boletín
Oficial del 2 de enero informa que el nuevo funcionario sciolista renunció a la presidencia de Linser, pero puso en el directorio a toda su familia.

Sin embargo, al interventor de la Lotería Bonaerense no le falta experiencia para asumir en su cargo. El empresario Oscar Dato Robinson lo demandó ante la Justicia por “disolución de sociedad de hecho, rendición de cuentas y el cobro de ocho millones doscientos cincuenta mil dólares”.

En ese emprendimiento, Peluso aparecía ligado a Miguel Angel Egea, un ex miembro de la ultraderecha y socio de represores de la ESMA que se invirtió en los '90 en un próspero empresario ligado al juego. Juntos llegaron a formar parte del círculo de colaboradores más estrechos de Alberto Kohan.

Robinson, que es dueño de una empresa que ofrece charters para viajar a los casinos más famosos de los Estados Unidos, declaró ante la Justicia que conoció a Peluso en el mundo del juego y aseguró que el ahora funcionario de Scioli se presentaba como un hombre ligado estrechamente a las autoridades del Casino Flotante de Puerto Madero.

Una fuente ligada a Egea le aseguró a Crítica que ambos tuvieron una excelente relación hasta que Peluso dejó de ser jugador para convertirse en prestamista. "Ahí se pelearon porque empezaron a competir", aseguró la fuente.

La pasión de Peluso por los juegos de azar lo llevó a conocer los casinos más importantes del mundo. Según un viejo conocido suyo, en algunas salas como la del Conrad de Punta del Este tuvo algunos inconvenientes y ya no le resulta fácil ingresar. Crítica intentó comunicarse con Peluso y habló con su secretario, Carlos Luque, quien prometió que respondería el llamado. ¿Contestará? Hagan sus apuestas.

CAUSAS JUDICIALES. La empresa de Luis "Chiche" Peluso se hizo famosa apenas despuntó el primer gobierno de Carlos Menem, cuando María Julia Alsogaray quedó a cargo de la intervención en ENTEL.

El juez federal Rorberto Oyarbide aún investiga a la ex funcionaria por haber reconocido una "deuda cuestionable" de 150 mil pesos por servicios presuntamente prestados por la empresa de limpieza de Linser –propiedad de Peluso- entre marzo y agosto de 1989, pese a que los organismos de contralor lo desaconsejaban.

Pero María Julia no fue la única que contrató a la empresa del sciolista. También Víctor Alderete le tendió su mano. La Oficina Anticorrupción denunció al ex titular del PAMI y a los directivos de la obra social de los jubilados por asociación ilícita y les atribuyó la contratación de servicios de limpieza de Linser "por un monto tres veces más alto que el que le correspondía".

Fuentes de la OA anticiparon a Crítica que la causa, que hoy está en
manos del juez Jorge Ballestero, será elevada en poco tiempo a juicio
oral. El fallecido ex ministro de Trabajo y de Economía de Menem, Antonio Erman González, también conoció a la firma de Peluso.

En 2002, el juez federal Jorge Urso lo procesó por defraudación a la administración pública en una causa en la que se investigaban irregularidades en la contratación de empresas de limpieza para la cartera laboral.

La causa se inició por la denuncia de Norberto Adamoli, quien como titular de la empresa Servicios Horizontes se presentó en una licitación y resultó desplazado. Adamoli aseguró en su denuncia que la licitación no cumplió con los requisitos establecidos para favorecer a Linser y a otra empresa llamada La Royal. En la misma causa, la Cámara Federal entendió que los sobreprecios llegaron al 67 por ciento.

Un año después, según consta en el Boletín Oficial del 8 de abril de 2003, Linser y La Royal se fusionaron.

AMIGO DE AMIGOS. Entre los amigos que cosechó Luis Peluso en sus 55 años, se destaca Miguel Ángel Egea, con quien trabó una estrecha relación forjada al calor de la actividad lúdica.

Los negocios que emprendieron juntos derivaron en una demanda por disolución de una sociedad de hecho ligada al Casino Flotante que les inició en 1999 el empresario Oscar Dato Robinson.

Según una presentación del abogado Ricardo Monner Sanz ante la Justicia, Egea se convirtió en "el factotum del Barco Casino" a través de la empresa Long Regent, de estrecha vinculación con la española CIRSA.

La historia de Egea remonta a los años '70, cuando debutó en política como secretario privado del brigadier Raúl Lacabanne, interventor de Córdoba durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón.

Distintas fuentes le atribuyen contacto con el ex represor de La Perla Héctor Vergez. A finales de los '80, Egea se vinculó al menemismo a través de Julio César "Chiche" Araoz y llegó a trabajar en la FEPAC, la fundación creada en los '90 por Alberto Kohan. Allí habría conocido a Peluso.

A poco de llegar al campamento menemista, Egea incorporó a Jorge "Ruger" Rádice, el ex represor del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA. Norma Rádice, la hermana del marino, fue su secretaria privada durante años y todavía aparece como socia suya en la empresa Forestando Delta S.A.

En 1988, Egea fundó la empresa Martiel S.A. junto con Jorge "Tigre" Acosta, donde también el ex represor Ricardo Cavallo admitió haber trabajado. Sobre el ocaso del menemismo, Egea se casó con una neoyorquina y hoy pasa la mitad del año viviendo en Miami.

Una fuente que lo ve cada vez que viene a Buenos Aires aseguró a Crítica que sigue muy ligado al negocio de los casinos. Peluso sabe que puede contar con él para su nuevo desafío.

Diego Genoud

CRITICADIGITAL 14/01/2008